Del 9 al 13 de octubre, el Black Desert Resort en Utah fue testigo del ascenso de Nicolás Echavarría, quien deslumbró con su regularidad y terminó en una destacada T11 en el Black Desert Championship. Aunque el título fue para Matt McCarthy, el colombiano se robó los aplausos por su sólido desempeño.
Echavarría comenzó su semana con autoridad. En la primera ronda, anotó seis birdies y solo un bogey, enviando un mensaje claro: estaba listo para competir. En la segunda jornada, mantuvo la compostura con tres birdies y un bogey. Pero fue el tercer día cuando elevó aún más su nivel, logrando un eagle, cinco birdies y tres bogeys. Cerró su actuación en la ronda final con cinco birdies y un bogey, finalizando con un total de -15.
Su desempeño se tradujo en impresionantes estadísticas: 19 birdies (T32), un eagle (T12), 46 pares (T21) y apenas 6 bogeys (T23). Estos números no solo lo colocaron como el mejor latino del torneo, sino que también extendieron su racha de más de 400 hoyos consecutivos sin un doble-bogey o peor en el PGA Tour, consolidando su reputación como uno de los jugadores más consistentes de la temporada.
El resultado en Utah impulsó a Echavarría 24 posiciones en el ranking mundial, situándolo en el puesto 287. En la carrera por el FedEx Cup Fall, también ascendió, ubicándose ahora en el lugar 109 con 422 puntos, lo que lo convierte en el tercer mejor latinoamericano en la clasificación. Con esta racha positiva, todas las miradas están puestas en su próxima participación en el Shriners Children’s Open en Las Vegas, del 17 al 20 de octubre.
Por otro lado, la actuación de Camilo Villegas no fue tan favorable. El colombiano de 41 años no logró superar el corte, acumulando ocho birdies, 19 pares y nueve bogeys en su desempeño. Este resultado lo hizo retroceder 11 puestos en el ranking mundial, cayendo al lugar 254, y lo dejó en la posición 196 en el FedEx Cup Fall con solo 45 puntos.
