La etapa 7 del Rally Dakar 2025 en Arabia Saudita dejó una huella imborrable en los competidores. Con 412 kilómetros de especial y 297 kilómetros de enlace desde Al Duwadimi, la jornada estuvo marcada por un fallo en el roadbook que complicó la navegación y, para algunos, también su permanencia en la competencia.
El kilómetro 158 se convirtió en un punto crítico. Un error en el roadbook provocó que los líderes de la competencia perdieran tiempo tratando de validar un waypoint que parecía imposible de encontrar. Esta confusión generó caos en la clasificación, colocando a competidores de categorías inferiores por delante de los favoritos.
David Castera, director de la competencia, intervino personalmente descendiendo en helicóptero para señalizar la ruta correcta y evitar accidentes. Finalmente, la organización decidió neutralizar los tiempos de un tramo de 20 kilómetros, una decisión que permitió mitigar las injusticias causadas por el error de navegación.
La etapa fue especialmente dura para el piloto antioqueño Javier Vélez y su navegante argentino Gastón Mattarucco, quienes se enfrentaron a una de las situaciones más desafiantes de su trayectoria en el Dakar. Cuando avanzaban por un exigente tramo de dunas, el vehículo comenzó a presentar problemas de temperatura. Vélez relató:
“Nos dimos cuenta de que algo no estaba bien porque el motor empezó a calentarse. Decidimos bajar a un pequeño valle para revisar el daño y encontramos la manguera del turbo rota. Intentamos repararla, la volvimos a conectar y echamos agua, pero fue inútil. El motor colapsó”.
A pesar de los esfuerzos por solucionar el problema, el daño fue irreversible. Vélez y Mattarucco fueron evacuados en helicóptero, mientras que su vehículo quedó a la espera de ser recogido por la asistencia de la organización. El piloto colombiano expresó su frustración y tristeza por el incidente:
“Definitivamente ha sido un rally devastador, exigente y duro por donde lo queramos ver. Hemos sorteado terrenos complicados, con rocas, arena, cañones, pero esta vez el carro no soportó. Esto es Dakar”.
A pesar de las adversidades, Vélez y su equipo esperan que el vehículo sea reparado para continuar en la modalidad Rally Experience, una categoría paralela que permite a los participantes reenganchados completar las etapas restantes sin competir por la clasificación general.
Por su parte, Gastón Mattarucco destacó la dureza de la competencia y la importancia de la resistencia mental: “Estamos cansados de remarla, pero queremos seguir. Este rally no da tregua, pero aquí seguimos, luchando con todo”.
Antes del incidente, Vélez había mostrado una destacada actuación en la categoría Challenger (T3.1), posicionándose 19° entre más de 50 tripulaciones. Este año representaba su mejor participación en cinco ediciones del Dakar, y su desempeño había dejado claro que estaba preparado para superar los retos más duros del rally.
En contraste, Francisco Álvarez logró completar la etapa, aunque no sin dificultades. En su primera participación en el Dakar, el piloto colombiano culminó en la posición 47 de su categoría Rally 2, con un tiempo de 5 horas y 52 minutos. Este resultado lo ubicó en la posición 40 de la general, una actuación notable para un debutante en una competencia tan demandante.
“Logramos llegar, no de día, pero lo hicimos”, comentó Álvarez, reflejando la satisfacción de haber superado la jornada. Su enfoque se mantiene en completar el Dakar, priorizando la constancia sobre el resultado.
La próxima etapa llevará a los competidores desde Al Duwadimi hasta Riyadh, en un recorrido de 485 kilómetros para las motos y 481 para los coches, además de 250 kilómetros de enlace. Será una de las jornadas más largas y técnicas de la competencia, enfrentando terrenos pedregosos y demandantes.
Para los vehículos de cuatro ruedas, esta etapa supondrá un reto adicional, al no poder guiarse por las huellas de las motos en los tramos más complicados.
El Rally Dakar 2025 sigue demostrando por qué es considerado el reto más extremo del automovilismo. Para Javier Vélez, Francisco Álvarez y el resto de los competidores, cada kilómetro es una batalla, pero también una oportunidad para escribir sus nombres en la historia de esta legendaria prueba.
