En Beidaihe, la bandera tricolor volvió a ondear en lo más alto y a reafirmar lo que ya es una marca registrada: Colombia es la dueña absoluta del patinaje de velocidad en el planeta. La jornada del jueves no solo trajo victorias, sino que selló un capítulo histórico al conquistar el décimo quinto título mundial consecutivo y el vigésimo segundo en toda la historia. Un dominio que ningún otro país ha logrado sostener con tanta autoridad.
Las emociones comenzaron en las pruebas de una vuelta junior, donde el poder cafetero fue incontestable. María Maldonado se vistió de oro con un registro de 41.726, escoltada por su compatriota Gisell Caicedo (41.771) para firmar un 1-2 inolvidable. Minutos más tarde, Wilcar Aguilar se lanzó como un rayo para detener el cronómetro en 39.554, dejando atrás al italiano Maurice Marosi y al indio Anish Raj.
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El espectáculo continuó en los 10.000 metros puntos. En la categoría femenina junior, Angie Loaiza se coronó campeona del mundo, seguida por Mariana Imitola, que completó otro doblete tricolor en el podio. Y como cierre de oro, Juan Jacobo Mantilla impuso su clase en los 10.000 metros senior varones, alcanzando 17 puntos para dejar sin opción al paraguayo Julio Mirena y al español Francisco Peula.
El balance fue demoledor: cuatro oros y dos platas en un solo día, que elevaron a 35 las medallas de Colombia en el campeonato (15 oros, 13 platas y 7 bronces). Con estas cifras, la delegación aseguró de manera anticipada el título mundial, demostrando que el trono del patinaje sigue siendo colombiano.
Este viernes se disputarán las finales de una vuelta élite y los exigentes 15.000 metros eliminación, pero el mensaje ya está escrito: Colombia no solo gana, sino que marca la historia del patinaje mundial.
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