Europa sigue siendo el territorio donde Ángel Barajas desafía la gravedad y consolida su nombre entre los grandes. Dos semanas después de conquistar la plata en París, el colombiano volvió a subir al podio, esta vez en Szombathely (Hungría), durante la Copa del Mundo de Gimnasia Artística, firmando otra actuación impecable en la barra fija.
Con la concentración que lo caracteriza, el cucuteño ejecutó una rutina precisa, limpia y llena de fuerza para alcanzar una puntuación de 14.650, quedándose con la medalla de plata, apenas una décima por debajo del kazajo Milad Karimi, que se llevó el oro con 14.750. El chileno Luciano Letelier completó el podio con 14.250, en una final que reunió a la nueva generación de talentos del circuito mundial.
El colombiano Yan Dairon Zabala, que también clasificó a la final, terminó en el séptimo lugar con 13.700 puntos, sumando experiencia y consolidando su nombre en la élite. Ver a dos colombianos entre los ocho mejores del mundo en un mismo aparato ya habla del crecimiento sostenido de la gimnasia nacional.
Hungría fue la continuidad de una gira europea que solo deja buenas noticias. En París, Barajas había sido plata en barras paralelas con 14.333 puntos, apenas superado por el británico Joe Fraser. Ahora, en otro escenario histórico, volvió a demostrar que su talento no entiende de fronteras.
¡SUBCAMPEÓN 🤩! Con esta rutina el colombiano Ángel Barajas se quedó con la plata mundial en la Copa Mundo de gimnasia en Hungría.
¡Monstruo 💛💛💙❤️🔥! pic.twitter.com/xCFRgn6giM
— Deporte Colombiano 🇨🇴 (@DeportColombia) September 28, 2025
Con esta nueva medalla, el nortesantandereano acumula cinco preseas en Copas del Mundo: bronces en barra fija (El Cairo y Bakú 2024), otro bronce en barras paralelas (Bakú 2024) y dos platas consecutivas en 2025 (París y Szombathely). Cada una de ellas cuenta una historia distinta, pero todas hablan de la misma determinación.
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“La meta es tener un logro mayor que el que obtuve el año pasado, y esa es la motivación de mi día a día. Cada deportista quiere superarse a sí mismo, lo llevamos en nuestro ADN”, afirmó recientemente el cucuteño.
Y así lo demuestra. En cada final, Ángel Barajas se enfrenta a sí mismo, buscando ser mejor que el día anterior. Hungría lo vio volar alto otra vez, y el cielo, como siempre, parece quedarle corto.
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