El PGA Riviera Maya fue el escenario donde María José Marín cerró una historia que venía construyendo desde 2021. Después de dos subcampeonatos consecutivos y dos ediciones sin participar, la colombiana regresó al Women’s Amateur Latin America 2025 con un objetivo claro: ganar el torneo que tantas veces se le había escapado.
Desde la primera ronda mostró un nivel sólido que la mantuvo en la parte alta del tablero, pero fue en la jornada final donde dejó claro que había venido preparada para controlar el momento. Empezó el día como líder con -8, un golpe por delante de Emily Odwin, y ambas protagonizaron un duelo directo durante todo el recorrido.
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La ronda no fue sencilla. El viento cruzado en varios tramos del campo exigió ajustes constantes, y tanto Marín como Odwin tuvieron que alternar golpes de recuperación con opciones de birdie. Aun así, la colombiana mantuvo la calma, especialmente en los hoyos decisivos.
El duelo fue extremadamente ajustado. Odwin, quien había cerrado el front nine con un sólido 38 (-1 bajo par en ese segmento), mantuvo la presión hasta el hoyo 16, donde ambas empataron. Sin embargo, en los dos últimos hoyos, la presión de la definición pasó factura: Odwin cometió un bogey en el 17, mientras que Marín, con impecable serenidad, cerró con un birdie en el 18 para sellar la victoria.
El punto de quiebre llegó en el hoyo 17, donde Odwin cometió un error clave que abrió la puerta. Marín aprovechó la oportunidad y tomó la ventaja que había venido buscando. En el 18 selló la victoria con un birdie que ratificó su desempeño estable durante toda la semana.
Con un total de 281 golpes, María José Marín se convirtió en campeona del WALA, asegurando además invitaciones a tres Majors del 2026 y a varios torneos amateurs de primer nivel. Más allá del título, su triunfo representa un paso natural en una carrera que sigue creciendo con disciplina y consistencia.
La delegación colombiana también cerró con buenas sensaciones. Luana Valero terminó en el top 3 con 286 golpes, consolidando otra actuación destacada, mientras Daniela Páez (10°) y María Isabella Errichetto (16°) aportaron un rendimiento competitivo en un campo exigente que no dio margen a errores.
Para Marín, esta victoria no es solo un trofeo atrasado: es la confirmación de que su evolución deportiva está en el punto exacto. Llegó con la experiencia acumulada de los últimos años y salió con el título que parecía inevitable en su trayectoria.
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