Una jornada sin fugas ni ataques dejó en las caídas los únicos sobresaltos de la etapa 3. Rodando a 40 kilómetros por hora y con definición en sprint no se presentaron cambios en la general.
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Etapa 3
178,3 kilómetros entre Valenciennes y Dunkerque acogieron la tercera etapa de la edición 112 del Tour de Francia. La máxima dificultad del día fue el ascenso a Mont Cassel, premio de cuarta categoría, ubicado a 20 kilómetros de meta.
Como algo atípico en el Tour de Francia, no se concretó ninguna fuga en la jornada. Fue tanta la pasividad del pelotón que la organización decidió no otorgar el premio de la combatividad.
Los sobre saltos del día los generaron tres caídas. La primera se produjo en la disputa del sprint intermedio. A 60 kilómetros de meta Jasper Philipsen se fue al piso, el fuerte golpe lo obligó a retirarse.
El grupo volvió a reagruparse, a 35 km para la línea final Tim Wellens intentó alejarse del grupo. El movimiento repentino aceleró al pelotón provocando que las bicicletas de Einer Rubio y Alexey Lutsenko se tocaran llevandolos al piso.
La caída más grave del día se presentó en el últimos metros. Con el sprint lanzado a 60 kilómetros por hora cuatro corredores terminaron contra las vallas. Hasta el momento no hay un parte médico oficial de las afectaciones de los pedalistas.
Finalmente, Tim Merlier se adjudicó la victoria definida en photo finish por la cercanía de Jonathan Milan. El mejor de los nuestros fue Santiago Buitrago en la casilla 93 con el mismo tiempo del ganador.
Etapa 4
Mañana la media montaña se convierte en una oportunidad para la fuga. La etapa cuatro tendrá 174,2 km entre Amiens Métropole y Rouen.
