El domingo amaneció gris en Montmeló, pero para los 36 pilotos de la F4 Italiana el asfalto mojado prometía emociones fuertes. Entre ellos, el barranquillero Salim Hanna buscaba darle continuidad al brillante arranque del sábado, cuando conquistó un doble podio en la Carrera 1.
La Carrera 2 se largó detrás del safety car por la lluvia. Desde la cuarta posición en parrilla, Hanna mantuvo la calma en condiciones adversas y se sostuvo en el grupo de punta. Sin embargo, a falta de once minutos fue superado por Maksimilian Popov y Sebastian Wheldon, lo que lo relegó al sexto puesto. El colombiano defendió con firmeza, pero en los últimos giros cayó hasta la octava posición, justo antes de que un accidente provocara el regreso del auto de seguridad.

Aunque el resultado no fue el esperado en la general, Salim se aseguró el segundo lugar entre los rookies, lo que significó subir por segundo día consecutivo al podio en Barcelona. Una muestra de consistencia y temple bajo lluvia.
La Carrera 3 parecía la oportunidad de cerrar con broche de oro. Hanna partía desde la sexta posición y realizó una salida impecable, ascendiendo al quinto lugar. Todo apuntaba a una batalla intensa, pero un accidente a falta de 23 minutos provocó la neutralización de la prueba. Pocas vueltas después, el cielo catalán descargó un aguacero que convirtió la pista en un desafío imposible. Dirección de Carrera desplegó la bandera roja y, tras cinco vueltas bajo el safety car, la competencia fue suspendida.

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En ese momento, Salim marchaba quinto, con ritmo para soñar con otro podio de novatos, pero la tormenta congeló cualquier posibilidad.
Así, el fin de semana que comenzó con euforia terminó con un sabor agridulce. Sin embargo, el balance es positivo: doble podio y otra demostración de carácter de un piloto de apenas 15 años que sigue dejando huella en Europa.
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