La última jornada del Sudamericano Juvenil de Deportes Acuáticos fue el reflejo perfecto del camino recorrido por la delegación colombiana: talento, disciplina y un espíritu competitivo que no cedió un solo día. En los clavados, los jóvenes cafeteros volvieron a brillar desde las alturas, asegurando un cierre dorado para el país en Río de Janeiro.
Luciana Pinedo abrió la jornada con una nueva medalla de oro en trampolín de un metro, gracias a una presentación precisa y elegante que le otorgó 245.30 puntos. La colombiana superó a sus rivales de Perú (234.50) y Brasil (234.45), reafirmando su dominio en la categoría. Poco después, Nicolás Londoño volvió a lo más alto del podio al conquistar el trampolín de tres metros con un puntaje de 349.70, confirmando su gran torneo y su madurez competitiva.
El cierre en clavados llegó con una rutina sincronizada impecable. María Ángel Giraldo y Nicolás Londoño unieron técnica y coordinación para quedarse con el oro en trampolín tres metros sincronizado mixto, con 224.73 puntos, por encima de Brasil (196.56) y Venezuela (158.91). Con estas últimas preseas, Colombia se consagró subcampeona juvenil sudamericana de clavados, completando una actuación sobresaliente con 13 medallas de oro, 1 de plata y 2 de bronce. Además, Nicolás Londoño y Luciana Pinedo fueron distinguidos con los trofeos “Señor de Sipán”, reconocimiento que los acredita como los mejores clavadistas del campeonato.
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El orgullo también llegó desde las piscinas de waterpolo. Tanto la selección masculina como la femenina sellaron su participación con medallas de bronce, tras superar a Chile en partidos cargados de intensidad y carácter. Los hombres se impusieron 9-8 en un duelo cerrado hasta el final, mientras que las mujeres lograron una contundente victoria 19-5, demostrando su crecimiento y solidez en el torneo.
Con estas últimas conquistas, Colombia cerró su participación en el Sudamericano Juvenil con 50 medallas en total: 24 de oro, 10 de plata y 16 de bronce. Más allá de las cifras, el balance deja la sensación de un equipo en expansión, una generación que mira al futuro con hambre de gloria y que ha demostrado que el deporte acuático colombiano vive su mejor momento.
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