El 24 de enero, el Impact Arena en Bangkok fue testigo de una noche inolvidable para los fanáticos de las artes marciales mixtas. Con el ONE 170 como protagonista, la organización más grande del mundo regresó con un trío de combates por títulos mundiales en Muay Thai y MMA. Sin embargo, más allá de las peleas estelares, dos nombres colombianos robaron los reflectores: los hermanos Jordan y Johan Estupiñán, quienes dejaron su huella en una jornada cargada de emociones y técnica.
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Jordan Estupiñán: un debut soñado
El debut de Jordan Estupiñán en el ONE Championship era uno de los más esperados, y el caleño no decepcionó. Frente al invicto británico Freddie Haggerty, Jordan saltó al cuadrilátero con una mezcla de emoción y concentración, listo para enfrentar uno de los retos más grandes de su carrera en la división de peso mosca.
Desde el primer asalto, el colombiano mostró agresividad y explosividad, presionando a Haggerty con ataques rápidos. El británico, sin embargo, supo mantener la calma y controlar el ritmo del combate. Pero todo cambió en el segundo round: Jordan ajustó su estrategia y desplegó su arsenal técnico, logrando impactar a su rival con precisión. Haggerty cayó dos veces a la lona, incapaz de contener la contundencia de los golpes del colombiano.
Con la pelea inclinada a su favor, Jordan manejó el tercer asalto con inteligencia. Supo esperar los ataques desesperados de su oponente para responder con movimientos calculados y golpes precisos. Finalmente, tras tres intensos rounds, los jueces otorgaron la victoria por decisión unánime al debutante colombiano. En los hombros de su hermano Johan y envuelto en la bandera tricolor, Jordan celebró emocionado su primera victoria en el escenario más grande del Muay Thai mundial.
Johan Estupiñán: técnica y corazón para mantener el invicto
Más tarde, llegó el turno de Johan Estupiñán, quien, acompañado de la bandera colombiana y luciendo un sombrero vueltiao, se enfrentó al estadounidense de ascendencia malaya Johan Ghazali. Con una marca perfecta de victorias en 2024, Johan sabía que este combate sería una prueba clave en su carrera.
Desde el inicio, Johan planteó una estrategia meticulosa: neutralizar el brazo derecho de Ghazali, la principal arma del malayo, con golpes constantes y precisos. Esto le permitió controlar el primer asalto, aunque un knockdown mal interpretado por el juez complicó el panorama para el colombiano.
Lejos de desanimarse, Johan salió con mayor agresividad en los siguientes rounds. En el segundo asalto, un demoledor jab envió a Ghazali a la lona, equilibrando la contienda. Con todo por decidirse en el tercer round, Johan mostró su mejor versión: técnica impecable, movimientos precisos y un control absoluto del ritmo del combate. Al final, los jueces no dudaron en darle la victoria por decisión unánime, extendiendo su récord invicto a cinco victorias.
A ritmo de salsa y envueltos en la bandera de Colombia, los hermanos Estupiñán celebraron una noche mágica en Bangkok. Su historia de esfuerzo y superación, desde los barrios marginales de Cali hasta el escenario mundial del ONE Championship, quedó grabada en la memoria de todos los presentes.
Con talento, disciplina y resiliencia, Jordan y Johan han demostrado que están listos para dejar un impacto duradero en el mundo del Muay Thai. Su victoria no solo engrandece sus carreras, sino que también enciende la esperanza de un futuro brillante para las artes marciales colombianas en la élite internacional.